seguir los pasos perdidos a través de un portal invisible me lleva a entender que cortázar no fue el que me trajo hasta acá. sus palabras en la giralda, el análisis de los autores que nos gustan, y sus reflexiones sobre el tío son tan punzantes como los ojos del pobre viejo que, a pesar de todo, no va a olvidar quién es.
mi gesto podrá ser adusto al pensar todo esto. pero se merece mi homenaje el entendimiento del dolor a través de las palabras que salivan lágrimas cuando habla de ciertas cosas.
ella me trae casi tanto como me lleva. no deja vaivén sin explorar cuando lo que dice me lo dice a los ojos. con sus ojos vivos. es todo cuando la extraño en los viajes en subte que tengo que hacer solo para poder traer el pan a la mesa. y soñar que vamos a poder tener la que llamar 'nuestra'.
hoy voy a verla una vez más. como casi todas las noches. pero no siempre estas noches terminan bien... a veces el zaguán es la peor frontera. y, aunque sé que no estoy diciendo mucho (o lo suficiente), sé que ella me va a entender. sobre todo porque la nombro casi tanto como en mi dormir.
no fue cortázar que el me trajo hasta acá. hoy no estoy vomitando conejitos.
mejor no hablar de ciertas cosas.
viernes
(el regreso de mao)
Publicado por rodrigo.- en 19:27