La púa sigue haciendo ruido. Al principio pienso que es porque estoy moviendo los auriculares de acá para allá mientras voy y vengo. Entre que me siento, subo, bajo y camino... Tardo en darme cuenta que es así, y que el paneo es intencional. Le doy tanta bola como puedo, pero es difícil entender la prosa/slang de MD2. Pero no deja de tener su encanto.
Cuando por fin me siento, veo que está la tv prendida. Siempre lo mismo. Pero peor. Escucho los más grandes que me dejan pensando, y al escucharme a la distancia también me dejo pensando.
Será que, como desde hace rato ya, no tengo nada por decir, que busco prestarle más atención a lo que alguna vez dije.
Pasan los que tienen miedo, y avisan de su cagazo, para que cuidemos lo que decimos para no aumentarles el nivel de paranoia. Espero que sigan pasando, pero ya sin el temor de quedarse sin el pan y sin la torta. Y también espero que los que la tienen y no la dividen, empiecen a ceder. Porque si se tensa... se rompe.
Son muchas las horas en el reloj de arena más grande de todos. Y toda la espera es por volver a verla.