caminó durante largo rato tratando de creer en su propio olfato. dejando chorros de meada buscaba hacer huella de los pasos que daba. las calles parecían todas iguales, y la gente con la que se cruzaba no cambiaba el gesto a cada encuentro. el mundo estaba paralizado fuera de su daltonismo genético.
no tenía otro modo de ver las cosas que no sea en dos dimensiones. y eso no le hacía bien.
el perro caminó cuanto pudo hasta poder recordar porqué se había alejado tanto de su casa, de su amiga la reja, y de quienes le daban alimento y un techo. hizo fuerza durante mucho tiempo. y con el mismo paso saltarín, aunque pesado, se fue hasta donde no sabía que existía tierra.
sin comer, sin beber, y sin mear, se perdió.
y donde terminó la tierra, se tiró.