Cada vez con menos.

martes

Me había colgado leyendo algunas notas inéditas de un fulano. Cuando hurgué en mi cuaderno ví que quedaban algunos motivos para volver a vernos.

Mi birome tenía el trazo perfecto y un euroindie sonaba ágil, dócil y ameno en la radio. Había estado buscando la estación que más cómoda me sienta (pensando en cómo se desarrolla mi lírica - otra vez, sí -, sin querer sonar demasiado porteño, ni muy uruguayo... neo-beat-burgués-curtidor-de-otros-hongos), pero caí en algo que me resultó cómodo para ser las siete y media del amanecer. Aunque cuando plantaron la primer sigla , reconocí la radio, y entonces todo cambió.


Dejé el escritorio que era todo mío por las siguientes horas, con los diarios y el novelista policial, me puse de pie y decidí continuar con la búsqueda, y la lectura.