Algunas raíces.

viernes

Llegué robándole metáforas a la ruta. Entre los árboles con hojas de algodón y las princesas vestidas de novia que me recibirían al llegar… Un lugar llamado Ockmonick y el único pool del centro cerrado hace varios años. Lugar donde estar para escapar.

Creo que todo el viaje se resumía a conocerla. Sin importar por cuánto. Estar significaba y explicaba todo. La canción del dolor abrió las puertas a un encuentro parado hacía diez años, con bichos de hostilidad como agentes separatistas, y dejó libre la casa a la virtud de todos los perdones.

Increíble el azul de sus ojos y la música de su sonrisa. La calidez en mis brazos al tenerla conmigo y la paz para el hogar cuando juntos nos quedamos, mirándonos y riendo.

Pensar que dio sentido a la vida de una señora. Su bisnieta es el Jazmín que siento cuando le beso la frente a este angelito ojos de mar que ya me adoptó como su tío y ganó mi corazón con tres meses de respirar, dos días de jugar y un ranchito por construir.

Y sí... extremadamente maricón me dejó la mocosa. Regalo: Jazmín