Tareas regenerativas.

martes

La pila de uñas comidas sigue subiendo sus niveles. Amplios ambientes con balcón a la calle y un baño a todo trapo. Las que esperan su momento a ser mordidas, de pronto, guardan más mugre de la que podría caber en un recoveco metatarseano. Tienen esa nueva manía. Para que me dé trabajo sacármelas de encima. Pero me las dejo crecer para hacer durar más los momentos de nerviosismo. Y no vivir de hopes & dreams.

Miro arriba y veo crecer la pila de discos que juntan polvo. Y hasta tienen de eso más que yo. Tienen de todo. Como los guiño-guiños. Que no quiero ni que me toquen. Porque ya es bastante con otras cosas.
Una imagen no es más que mil palabras y menos en los fotogramas por segundo que me emite la sinapsis ("no one sings like you anymore"). Y pienso en la poesía, y el verso. Y elversodelversomásversoquees:tuverso.

Pasa el rato. Las uñas se hacen labios y la baba (o´riley), sangre. No tengo más qué morder. La ansiedad por la oferta mata a la ansiedad por la demanda. Ya no iré más por tu barrio... (el hombre, para pelearle a la serpiente, se calza un overol). Caerán mejor los tugurios de frontera jodiendo en portuñol.

Dirigible canta: Obirigado. (SOY UN POLÍGLOTA!)