The song remains the same.

domingo

La conoció un rato y desapareció. Quiso hacer un London Bridge, pero fue imposible. No hablaban el mismo idioma. Aunque la diferencia no fuera demasiado grande, los pasos entre uno y otro eran enormes. No tenían mucho qué decirse más que esperarse. Aunque nada pase.

La música iba, y sus cabezas se sentaban. No había reacción. Los flashes enceguecían y los parlantes tan cercanos ensordecían. Supo que no gustaba de exhibicionismos, y se enteró de cuántas cosas estaba en contra, y cuáles a favor. Número y calidad.

Sólo mirándola ajeno al conocimiento, pudo entender cómo era su todo. Posición (su-posición)… Entendió que busca desconcentrar su mirada en la profundidad de su escote vacío. Y teme que le tomen en serio algún miedo del rostro. Que sabe encontrar la complicación en la simplicidad y la precisión. Y si besa su dedo es para anunciar el silencio. No hay mucho más que eso en una alegría que se esconde de a ratos, y de a otros confunde con altura. Seguirá siempre oculta en el hype de las palabras que quieren desorientar, aunque aparenten certeza.

A pesar del híbrido medio-idioma de dos lenguas, sabe encontrarla si la busca bien, y espera verla de nuevo esta semana, sin quedarse dormido, ni sentir el pescado en el espejo.