Sortez la porte.

martes

Se levantó con la clara sensación de haber querido dormirse antes para poder escapar. El abombe lo envolvió con los mismos sueños que desde hace unos días, pero con una dirección geográfica que en el análisis lo sorprende en Paseo e Independencia. Ahí no hay ninguna casa.
El sentimiento es el mismo que el de la resaca, pero no estuvo borracho. Aunque los tumbos contra las paredes parecieran decir lo contrario…

'Get out the door! Get out the door! I´m gonna kick you when I saw what you are packing...'

Era el fragmento más demoníaco de una canción que recordara. Con la vocecita de ultratumba, un pedacito de maldad que seguía caminando por ahí.

Volvió la vista y sintió ganas de comer y ganas de quedarse en el baño. Ya estaba en él, sin darse cuenta. Los pasos se sucedían como flashes donde él no sacaba ninguna foto.
Vio que el espejo se movía y escapaba de su reflejo. Comenzó a correrlo por el pasillo, que normalmente acababa en cinco metros, pero que lo terminó en algunos minutos de caminata. El espejo ya no escapaba de él. Estaba en su lugar, y al otro cercano extremo de la casa. Tenía el péndulo del reloj en su cara. Pegado a sus ojos y mostrando la hora. Un reloj más chico había en ese péndulo. Y en él podía verse de espaldas y acercándose, tratando de entender.