Orejas rojas.

sábado

Miré en el espejo y era todo rojo. Primer plano del espiral que ardía.

Dice la leyenda que dependen, temperatura y color, de las lenguas vivas que vienen y que van. Expedicionarias del nosequé, caminantes agarradas de la mano y juguetonas, como si fueran una.

Pero a pesar del largo de sus bífidas, no reptan. O eso necesita mi credulidad.

¡Barón de la Santa Gomería, no blasfemes vuestro emparche!