Miré en el espejo y era todo rojo. Primer plano del espiral que ardía.
Dice la leyenda que dependen, temperatura y color, de las lenguas vivas que vienen y que van. Expedicionarias del nosequé, caminantes agarradas de la mano y juguetonas, como si fueran una.
Pero a pesar del largo de sus bífidas, no reptan. O eso necesita mi credulidad.
¡Barón de la Santa Gomería, no blasfemes vuestro emparche!
Orejas rojas.
sábado
Publicado por Manolo's en 23:38