Si me lo dijo el Doctor...

domingo

En el año 1755 Vincent St. Luisse encontró por accidente en el tarro de basura que estaba en la vereda de su casa una pequeña bolsa repleta de diamantes.
El hombre trató de averiguar sin éxito cómo habían llegado hasta ahí, obviamente, sin preguntar a nadie. Aunque esa misma noche, un Buda se le presentó en un sueño y le rebeló que aquello había sido un regalo suyo y que le serviría para llevar a cabo una labor que cambiaría la historia.

Lo curioso, además de encontrarse con diamantes en la basura es que el tipo recibió un mensaje de Buda siendo Católico Metodista. Esto se lo contó a sus más íntimos que lo miraron de reojo y con una ceja levantada. Y algunos de ellos hasta le perdieron el respeto. Hoy habríamos pensado seguro que habría problemas en el cablerío telefónico celestial...

St. Luisse, que en su juventud había estudiado algo de química, decidió invertir sus diamantes y colocar un pequeño laboratorio para fabricar polvos aromatizados, muy de moda en la época. Pero durante los primeros tiempos no obtuvo grandes dividendos.

En el año 1770, St. Luisse encargó a unos exportadores un cargamento de madreselvas peruanas, una especie común de flores sudamericanas.
El encargo sufrió un error de envío y en lugar de madreselvas le llegó otra planta. Pero como St. Luisse no conocía las madreselvas peruanas, elaboró el producto sin saber que usaba era otro tipo de ingrediente.

El 20 de agosto de 1770, accidentalmente, buscando extraer lo que luego conoceríamos como 'alcaloides' St. Luisse inventaba un nuevo perfume en polvo para nariz que llamó Coke.
A partir de ese momento sus ventas se multiplicaron por 100. Se hizo millonario.

- Casi un siglo después, un barbudo medio bufarra escribiría Über Coca y la recetaría a los adictos a la morfina que visitaban su consultorio. -

En 1775 fue asesinado de un disparo en la frente.
Quien lo mató declaró durante un ataque de paranoia que cumplía con una labor divina encomendada por Jesús.