Un rato.

viernes

Pude olvidarme un rato de ESO. Pero siempre vuelve el pensamiento ulterior que me lleva todo el tiempo al lugar de partida.

De cualquier modo, esto se transforma poco a poco en un cementerio de latas de cerveza. Los libros siguen tirados en el suelo y los re-ojeo cada tanto para no olvidarme qué había en ellos.
La choza está bajo mi comleto dominio ya que los dueños decidieron embarcarse en unos días de tranquilidad después de veintitrés años de insomio laboral (dios nunca me permita hacer algo así).

Por suerte está mi Neal Cassidy que es un ineludible interlocutor de mis miserias y alegrías. A quién puedo derrotar mil veces al pool sin que se le escape nunca un insulto más allá de su altísimo nivel, que hace de las partidas, los eventos más interesentes en cada lugar en el que probamos paño y tacos.

Esta entrada es salida corta ya que el dinero abunda en la caja chica pero escasea en los bolsillos. Me esperan para entizar y romper.