El día fue largo. La noche también.

lunes

Y pareciera que esto no tiene un final más cerca de lo lejos que se ve. Todo alcanza niveles de destrucción que sorprenden hasta al más sádico. Y aún así nos regodeamos ante nuestros ojos cuando miramos su exterminio.

¿Quién va a ser la vedette de esta noche? El público está encantador con su mejor gala para venir a vernos y delirar con todo nuestro afán de entretener... ¡Déjennos entretener!
El hombre, los hombres, y los niños: todos forman parte del gran festín. Cuando lo que se asocia es la mugre del concepto el ser suda aceites fértiles.

Ser el mejor. Formar parte de lo mejor, a cualquier precio (a cualquier pecho).

Ya lo dijimos, el costo no importa. Facturamos el triple siempre. Y mucho menos importante es tu espectativa. Ponerte autorreferencial cuando tus referencias no nos interesan... Si vos vas y venís, venís y vas. Te volvés una pelota que no tiene quien le pegue para que se clave al ángulo.

Ser el mejor. Formar parte de lo mejor, aunque te incomode (aunque vuelques noche por medio).

Pareciera que no saben lo que es luchar contra los propios fantasmas a la par de la exigencia que tiene buscar ser mejor, pero no EL MEJOR. Se regodean en sus leches cuando el fracaso es intento.
Y el niño ahí, tirado en el cordón de la vereda esperando que el bondi lo deje una vez más donde no tiene cómo volver (ellos son dueños del ramal a Bonzi).

Estático, es estar estático. Aunque quieras poder escaparte y no pensar en lo que no hacés, la estática se apodera de la situación. Todo hace descarga, todo lo recarga, y la ropa se vuelve de nylon justo cuando pasás cerca del fierrito: quedaste pegado (al aire).