Indie con escatos

domingo

Se está poniendo cada vez más difícil. Porque ya no es sólo estar, decir... Hay que hacer. Lo corpóreo, lo tangible es lo que le termina dando el mejor sentido.

De modos todos, en el súper de casa se les acabó el stock de idealismo. El desabastecimiento está haciendo estragos en el barrio. Todas las cabezas tienen su norte en el piso, como si no hubiera otro lugar al que apostar un arribo. El panorama es desolador, o eso es lo que ellos transmiten. Como si todo tuviera que terminar.

Sabemos que el cuerpo no dá más de lo que recibe del cerebro, que de por sí gira en el spieddo (el movimiento es hipnótico).

Seguramente en pocos días se vuelva ghetto, se arme una legislación paralela y se nos obligará a los residentes del oeste a coger más y mejor, saludarnos con besos en la boca (cuando estamos vestidos), y a que las partidas amorosas sean siempre tripartitas. Sino, al calabozo por desacatao´.
Las conversaciones no serán más burocráticas y sin sentido. Si no se tiene una cuota a determinar, por el Alto Magisterio de estos tipos que van a venir a enchular todo, de existencialismo y búsqueda de salidas lógicas y prácticas a las cagadas cotidianas: patadas en el culo hasta que los soretes sangren.
Y el que se enrede solo con sus quilombitos y joda al resto, sesiones de paja a un auténtico burro del altiplano que desde hace dos años espera en cautiverio la sanción de estas modificaciones y la creación del Nuevo Barrio...

Yo me voy a comprar un poncho y me voy a hacer llamar... por teléfono.