Such a happy ending.

lunes

Pagaría mil veces el precio del taxi sólo para repetir las cuadras sentado al lado de ella. Y ni sé porqué.
Bueno sí, pero sigue siendo raro. Disfrutar tanto estar con alguien sin que pase nada es algo nuevo para mí, aunque a veces quiera que algo pase. - Esta es la parte donde esta práctica se pone pelotuda y no hablo ni con la cabeza, ni con las manos... Tampoco con las palabras.-

Mientras venía para acá pensaba unas seiscientas formas de arrancar este capítulo. Todas mejor que la que está saliendo, pero siempre con el mismo sentido y hacia el mismo lugar: tratar de dilusidar cómo cazzo puede estar tan bien.

Sé que es lo típico, lo clásico, lo de todos los días para más de uno. Pero para mí se volvió raro. Incluso hablar de eso tan abiertamente, o por ahí no abiertamente sino de este modo.
Porque supuestamente esta columna era para un espacio más existencialista y armado. Llevado a cabo de otro modo, pero como verán, me estoy cagando en mis propias imposiciones (garpa).

Terminan hablando mejor que yo las palabras de otros palos y con otras intenciones. Pero citarlas sería una falta de respeto.

Escuchen algún tema que les deje la sandía turuleca pensando en alguien, y quizás me entiendan.